Como seres humanos que somos, es importante conocernos a nosotros mismos, nuestra estructura, nuestros órganos, como funcionamos. Esto ayuda a los niños a conocerse mejor, les da seguridad, y les sitúa dentro de su entorno diario.
Mediante este simpático marciano venido de otro planeta, nuestros hijos e hijas podrán profundizar de una forma amena en el conocimiento de su propio cuerpo.
Para que luego digan que los marcianos son todos malos...
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